Aunque en 2022 el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Los Bronces fue rechazado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) debido a la falta de una modelación adecuada de la contaminación atmosférica que pudiera descartar riesgos para la salud pública, en abril de 2023 el Comité de Ministros, última instancia en el procedimiento ambiental antes de recurrir a los tribunales, recogió el reclamo de Anglo American al rechazo y aprobó por unanimidad el proyecto minero con ciertas condiciones.

El proyecto había sido rechazado porque la determinación del área de influencia era deficiente, ya que no se consideraron todas las personas y poblados que podrían ser afectados por la contaminación, ni se contempló el peor escenario posible de sus impactos. Además, no se logró precisar la magnitud exacta de la contaminación atmosférica que la mina agregaría al ya sobresaturado aire de Santiago.

La decisión de aprobar el proyecto, fue política, basada en desconocer los impactos ambientales potenciales, especialmente en aspectos cruciales como la calidad del aire que respiramos, la seguridad hídrica, los glaciares y la biodiversidad. Todos estos impactos afectan tanto a la salud de la biodiversidad como al bienestar de las personas, repercutiendo en el ecosistema en su conjunto.