Chile es el único país de América dentro de los 20 países con mayor riesgo hídrico de acuerdo al ranking global de estrés hídrico del Instituto de Recursos Mundiales WRI. Donde la sequía se ha prolongado por más de 14 años. La combinación de la megasequía y el intenso consumo de agua ha provocado niveles significativos de estrés hídrico en la mayoría de las cuencas desde Coquimbo hasta el Maule, alcanzando niveles que van desde altos hasta extremos. A esto se suma, que este año se pronostica la existencia del Fenómeno de La Niña, el cual se caracteriza por la probabilidad de que las precipitaciones disminuyan.
En este delicado contexto hídrico, el proyecto minero Los Bronces Integrado tiene la potencialidad de emplear alrededor de 1.300 litros de agua por segundo, volumen correspondiente a los derechos de aprovechamiento de agua en posesión del titular en la zona. Este caudal es equiparable al consumo diario promedio de más de 600.000 personas, cifra similar a la población combinada de las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso. Estas grandes cantidades de agua son requeridas en la minería para procesos como la lixiviación y el transporte de minerales.
La extracción de minerales, especialmente en proyectos de gran envergadura como este, tienen asociados los riesgos de producir contaminación del agua con sustancias como metales pesados y productos químicos empleados en los procesos mineros. Asimismo, la alteración de los cauces naturales y el agotamiento de las fuentes de agua subterránea.
Si consideramos que hacia el futuro se proyectan reducciones en la precipitación de alrededor del 40% en la zona central y una disminución en la capacidad de retención de nieve en la cordillera de los Andes, entonces es clave entender que el futuro del agua en Chile depende de la adopción de medidas urgentes y sostenibles para enfrentar la escasez hídrica, buscando proteger a nuestra naturaleza.